28 May
28May

 









    

     
Con diferentes grados y según cada persona, tenemos todas las defensas sensoriales como resultado de una reacción defensiva o de una sobre reacción de nuestro sentido de la protección. Por ejemplo, tocar terciopelo nos da escalofríos, llevar una prenda de lana nos pica o mucho ruido aumenta nuestra agresividad.

     Muchas veces, para algunas personas, sus medidas de protección y sus defensas sensoriales son tan importantes que les impiden reaccionar bien a su entorno, pudiendo ir incluso al extremo de comprometer su propio desarrollo.


    
      La terapia por integración sensorial intenta, a través de actividades de estimulación, organizar los mensajes recibidos por el cerebro. Se dirige a niños que presentan síntomas como torpeza, dificultad para concentrarse, problemas de equilibrio.etc.

        Pero es aconsejable también para niños que presentan una deficiencia más marcada.




¿Qué es la integración sensorial ?

      La teoría de la integración sensorial fue desarrolladas en los años 60 en Estados Unidos por Jean Ayres, una ergoterapeuta y doctora en psicología y por sus sucesores.

     Según Jean Ayres, antes de aprender a leer, escribir y calcular, tenemos que dar un significado a lo que vemos o escuchamos, debemos ser capaces de planificar nuestros movimientos y organizar nuestro comportamiento.

     Esta capacidad depende de la eficacia con la que nuestro sistema nervioso organiza los mensajes que nos son transmitidos. La integración sensorial es la capacidad del niño de sentir, de comprender u de organizar las informaciones sensoriales provenientes de su cuerpo y de su entorno.

     Estas informaciones se transmiten por los sistemas sensoriales como la visión, el tacto,el olor, el gusto, la audición como los sistemas vestibulares y prioceptivos.

    Una buena integración y organización de las informaciones sensoriales son necesarias para que un niño se desarrolle armoniosamente.


Zoom sobre el sistema vestibular

                      
  Es el sentido de movimiento y de equilibrio
     

     Nos permite saber dónde se sitúa nuestro cuerpo en el espacio, si nos movemos o si es nuestro entorno que se mueve. Nos informa de la dirección del desplazamiento de nuestro cuerpo y su velocidad.

Los receptores están situados en el odio interno. Se graban todos nuestros movimientos, todos los cambios de posición de nuestra cabeza por el movimiento y la gravedad.



El rol funcional del sistema vestibular es triple:
  • Es el punto de salida de los reflejos vestibulares-espinales contribuyen a mantener el equilibrio postural automático, tanto estático que dinámico.
  • Regula la posición y el movimiento ocular, a través del reflejo vestibulo-ocular para asegurar el mantenimiento de la estabilidad ocular en el espacio.
  • Contribuye la construcción de un modelo interno a nivel cortical con el aporte de las referencias en la posición y el desplazamiento de la cabeza en el espacio.


Zoom sobre el sistema propioceptivo

Es el sentido de la posición

Informa a nuestro cerebro sobre el emplazamiento de las diferentes partes de nuestro cuerpo y que están haciendo.

Además, nuestro cuerpo se adapta constantemente a nuestro entorno sin que seamos plenamente conscientes. Los receptores se sitúan en nuestros músculos, tendones, ligamentos…

Ciertos niños perciben mal su cuerpo. Esta falta de percepción genera una molestia a nivel del control motor: de la planificación de la motricidad global, gestos finos.

Estos niños están también obligados a mirar para ver que hace su cuerpo para poder realizar ciertos gestos diarios: abrochar su abrigo, salir de la cama en la oscuridad.


Cuando un niño tiene un sistema propioceptivo deficiente:
  • Es torpe, se cae, se golpea.
  • Se tropieza con sus pies al caminar
  • Le cuesta subir o bajar los escalones.
  • Le cuesta vestirse, desvestirse, lavarse «por todos lados», no se pone bien en abrigo ya.
  • Le cuesta dosificar los movimientos.


La estimulación sensorial todos los días: ¿qué acciones?

También puede realizar un programa de actividades para la estimulación sensorial repartidas en toda la jornada y donde el objetivo es de alcanzar y mantener un nivel optimo de confort sensorial y de disponibilidad de aprendizaje vía la estimulación regulada y controlada.

Hay que potenciar las actividades táctiles, propioceptivas y vestibulares a lo largo del día e intentar integrarlas en la rutina diaria.

Existen diferentes técnicas y modalidades: presión y masajes, actividades que inducen al movimiento, estimulaciones orales, herramientas para morder, ropa, cubiertas, juegos propioceptivos.

De manera general, se trata de construir una rutina constante, de minimizar lo más posible las estimulaciones indeseables y utilizar las estrategias relajantes antes de comenzar las tareas.

Puede volverse util disponer de un sitio de retiro o de relajación para el niño ayudandole a «centrarse» después de las actividades de estimulación.



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