El referido cambio de paradigma en la conceptualización de la Discapacidad Intelectual supone un planteamiento multidimensional que implica un giro determinante en el proceso de evaluación, dirigido a la búsqueda de información sobre necesidades individuales en distintas dimensiones que luego han de relacionarse con los niveles de apoyo apropiados. Se trata de unificar evaluación e intervención, teniendo en cuenta aspectos personales y ambientales (hogar, colegio, entorno comunitario y, en el futuro, laboral…) que pueden variar a lo largo del tiempo.
La evaluación, así entendida, cumplirá funciones de diagnóstico, de diseño del currículo y de determinación de los sistemas de apoyo. Nos permite determinar los apoyos en intensidad y duración (intermitentes, limitados, extensos y generalizados) y las personas que habrán de dispensarlos, para llegar a concretar el plan individualizado.
La evaluación de esta dimensión es crucial para el diagnóstico de la Discapacidad Intelectual, si bien es necesario considerar las otras cuatro dimensiones, pues por si sola es insuficiente para efectuar una valoración válida.
El criterio para diagnosticar esta discapacidad en relación al funcionamiento intelectual continúa siendo el obtener un Cociente Intelectual (CI) significativamente inferior a la media, es decir, al menos dos desviaciones típicas por debajo de la media, medido con instrumentos estandarizados para la población general y que tengan un alto grado de validez y fiabilidad.
Entre los instrumentos más adecuados se consideran los individuales tipo ómnibus (formado por varias y diferentes tareas) .
Destacamos los siguientes test o escalas como los más empleados por ofrecer un alto grado de validez y fiabilidad contrastado:
• Las escalas Wechsler y Stanford-Binet son los dos instrumentos utilizados con mayor frecuencia para evaluar la inteligencia. La escala de inteligencia Wechsler para niños y niñas (WISC-III) es un instrumento administrado individualmente, diseñado para evaluar la inteligencia de las personas cuya edad cronológica oscila de los 6 a los 16 años y 11 meses. El instrumento consiste en 12 sub test individuales y permite tres puntuaciones globales: CI Verbal, CI Manipulativo y CI Total de la escala.
• La escala de inteligencia StanfordBinet se diseñó para utilizarla con niños y niñas desde 2 años hasta personas adultas, y estos son evaluados por 15 sub test.
•La escala McCarthy, para niños y niñas de 2 a 8 años, permite valorar el funcionamiento intelectual general (CI) y las variables aptitudinales importantes. Contiene 18 sub Test independientes que evalúan las variables aptitudinales, agrupados en seis escalas: verbal, perceptivo-manipulativa, numérica, general cognitiva, memoria y motricidad.
• El K-ABC o Batería de evaluación de Kaufman para niños y niñas, es una batería destinada al diagnóstico de la Inteligencia y el Conocimiento infantil en un rango de edad que oscila entre los 2 años y medio y los doce y medio. La inteligencia es medida en términos de resolución de problemas y estilos de procesamiento de la información. Estructurado en cuatro escalas diferenciadas que incluyen un total 16 test:
- Escala de Procesamiento Secuencial
- Escala de Procesamiento Simultáneo, ambas dan lugar a
- la Escala de Procesamiento Mental Compuesto
- Escala de Conocimientos y por último la Escala no verbal (que es un formato reducido de la batería, que se correlaciona con el Procesamiento Mental Compuesto y es aplicable a niños y niñas con alteraciones severas en la comunicación oral).
En edades tempranas se emplean escalas de desarrollo como la de Gessell o la Escala de desarrollo psicomotor de la primera infancia de Brunet-Lezine (en negrita desde Gessell).
CONDUCTA ADAPTATIVA (HABILIDADES CONCEPTUALES, SOCIALES Y PRÁCTICAS)
• Las escalas vineland de conducta adaptativa se componen de tres escalas:
- Vineland-S, es en forma de encuesta con formato de conversación para obtener los datos durante las entrevistas a padres y madres o tutores y tutoras.
- Vineland-E, es en forma ampliada y también utiliza la conversación para la obtención de datos. Esta versión puede contribuir a las dos finalidades de la medición de la conducta adaptativa (diagnóstico y planificación de apoyos).
- Vineland-C para clase, se utiliza para niños de 3 a 12 años y se completa por el profesorado.
• Las escalas de conducta adaptativa de la AAMR (ABS-Adaptive Behavior Scales): existen en dos versiones, la ABS-S:2 (para el colegio y la comunidad) que se utiliza en el diagnóstico para identificar que están significativamente por debajo de sus compañeros y compañeras en funcionamiento adaptativo, y también para evaluar los efectos de los programas de intervención. Esta versión proporciona normas hasta los 21 años e incluye ítems apropiados para contextos escolares, y la ABS-RC:2 (para la residencia y la comunidad) que se desarrolló para utilizarse con personas hasta los 79 años.
Otros instrumentos para evaluar esta dimensión son:
• El Inventario de Desarrollo Battelle que se divide en cinco áreas:
- Área Personal/Social.
- Área Motora.
- Área Adaptativa.
- Área Cognitiva.
- Área Lenguaje.
• El Currículo Carolina, que consta de evaluación y ejercicios para bebés y niñas y niños pequeños con necesidades educativas especiales.
• El Modelo de Evaluación Inicial para Alumnos con Necesidades Educativas Específicas Graves y Permanentes del Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra (CREENA).
• La Guía Portage de Educación Infantil que es un sistema diseñado para niños y niñas que no sufren de limitaciones médicas o sensoriales, sino más bien socioculturales.
• El Sistema West virginia-UAM que está específicamente concebido para personas que presenten pluridiscapacidad.
El Sistema de Evaluación para personas Plurideficientes (S.E.P.P.) es bastante más completo que la Guía Portage y algo más que el WV-UAM.
• El Sistema para Evaluar a Sujetos con Necesidades Educativas Especiales (SESNEE) pretende subsanar lagunas e inconvenientes que presentan los otros sistemas (Guía Portage, WV-UAM y SEPP) cuando tenemos que aplicarlo a una población bastante numerosa y necesitamos disponer numerosa y necesitamos disponer de la información de manera rápida. El manual está organizado en tres partes. La primera está dedicada a los cimientos de evaluación (la entrevista, la observación natural y los test de información del alumno o la alumna).
• Para la evaluación de la comunicación de las personas con discapacidad severa, un instrumento muy adecuado es el Manual para la evaluación dinámica de la comunicación no-simbólica de Martha E. Snell.
• Inventario para la planificación de servicios y la programación individual (ICAP).
• Inventario de destrezas adaptativas (CALS)
• El currículo de destrezas adaptativas (ALSC).
Por otro lado cabe destacar los Programas Conductuales Alternativos (PCA). Incluyen un Programa de Habilidades Sociales (PHS), un Programa de Orientación al Trabajo (POT) y un Programa de Habilidades de Vida Diaria (HVD). Aunque son programas estructurados de intervención, se pueden utilizar directamente para realizar una evaluación curricular representativa de muchas de las áreas de comunicación, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autodirección y tiempo libre, y algunas habilidades de las áreas de salud y seguridad y vida en el hogar. Recientemente se ha publicado la adaptación española de la Escala de Intensidad de Apoyos (SIS), destinada a adolescentes a partir de 16 años y personas adultas. Consta de 3 secciones, y cada una evalúa un área particular de necesidades de apoyo:
• Sección 1. Escala de necesidades de apoyo.
• Sección 2. Escala suplementaria de protección y defensa
• Sección 3.- Necesidades excepcionales.
PARTICIPACIÓN, INTERACCIÓN Y ROLES SOCIALES
La mejor manera de examinar la participación y las interacciones es a través de la observación directa de la implicación en actividades cotidianas.
El estatus del rol se refiere a un conjunto de actividades apreciadas que se consideran normales para un grupo de edad específico.
Es importante apreciar las implicaciones de estos factores en la multidimensionalidad de la Discapacidad Intelectual:
1. Participación: se refiere a la implicación de un individuo y a la ejecución de tareas en situaciones de la vida real.
2. La falta de participación e interacciones puede ser el resultado de la falta de disponibilidad y accesibilidad de recursos, acomodaciones y servicios.
3. La falta de participación e interacciones frecuentemente limita el logro de roles sociales valorados.
SALUD FÍSICA, SALUD MENTAL Y FACTORES ETIOLÓGICOS
Es necesario tener en cuenta las siguientes implicaciones de la salud física y mental sobre la multidimensionalidad de la Discapacidad Intelectual:
1. Las condiciones de salud física y mental pueden afectar la evaluación de la inteligencia y la conducta adaptativa (por ejemplo, deficiencia en la vigilancia causada por trastornos del sueño o deficiencias de nutrición).
2. Las medicaciones, tales como los anticonvulsivos y las drogas psicotrópicas, pueden afectar el rendimiento (por ejemplo, cansancio y fatiga que influyen en la ejecución en los test).
3. La evaluación de conducta adaptativa puede también verse afectada por medicaciones que alteran las habilidades motoras finas y gruesas, o por condiciones motoras orales que condicionan las habilidades de comunicación.
4. La evaluación de apoyos necesarios puede también estar influenciada por la presencia de condiciones de salud física y mental. Las personas con Discapacidad Intelectual pueden necesitar apoyos relacionados con la salud para mejorar el funcionamiento y la participación, para superar limitaciones de movilidad (por ejemplo, lugares de trabajo accesibles a sillas de ruedas) o seguridad (por ejemplo, adaptaciones para prevenir daños relacionados con crisis o convulsiones).
CONTEXTO (AMBIENTES Y CULTURA)
Debemos considerar las siguientes implicaciones del contexto sobre la multidimensionalidad de la Discapacidad Intelectual:
1. El contexto debe considerarse a la luz de las otras cuatro dimensiones.
2. El contexto puede tener diferente relevancia dependiendo de si es considerado con propósitos de diagnóstico, clasificación o planificación de apoyos.
3. La evaluación del contexto, aunque no se desarrolle típicamente con medidas estandarizadas, es un componente necesario en la valoración y es esencial para una comprensión del funcionamiento de la persona.
https://sid.usal.es/idocs/F8/FDO23846/apoyo_educativo_discap_intelectual.pdf