REFLEXIONEMOS


     Es natural que la madre embarazada de un hijo con síndrome de Down sienta miedo, ansiedad, soledad, incomprensión y sobre todo, culpabilidad. Estos  los sentimientos que, habitualmente, las atormentan y quienes a todo ello suman la incertidumbre que les provoca pensar en cómo será el futuro de sus hijos sin su asistencia  esto es claro, cuando no se  tiene la información adecuada.

El síndrome de Down no es una enfermedad sino una anomalía genética, lo que significa que el bebe tendrá algunas irregularidades  en su desarrollo, no obstante con la atención y  apoyos de los profesionales  mejoraran significativamente sus habilidades y capacidades  contribuyendo a que tengan un mayor nivel de autonomía, por ende, sera un niño como cualquier otro pero con un ramillete de  cualidades excepcionalmente maravillosas




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