15 Mar
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    Si una persona  no tiene  competencias para entender el entorno, el entorno ha de modificarse todo lo necesario.


   Desde Plena inclusión consideramos que, con los apoyos apropiados, cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo puede llevar una vida plena.

    La definición actual elimina las anteriores categorías  (ligero, moderado, severo y profundo) a favor de un nuevo modelo basado en los apoyos que requiere la persona:

  • Apoyo generalizado: se produce cuando la necesidad de apoyo es de forma constante y de alta intensidad. 

     Se proporciona en distintos entornos y son, potencialmente, para toda la vida. Normalmente son más intrusismos y exigen más atención personal que las otras intensidades de apoyo.

     Por ejemplo, asear completamente a un usuario con daño neurológico,  encamado y en estado vegetativo, realizar los cambios posturales, alimentarle...

  • Apoyo extenso: supone la necesidad de apoyo de forma regular o continua en algunos ámbitos y entornos. 

    Y por la implicación continua y regular, por ejemplo cada día, en relación a algunos entornos y sin límite de tiempo. Por ejemplo,  para ducharse correctamente.

  • Apoyo limitado: cuando se requiere de forma regular durante un periodo de tiempo corto pero definido.

     Esta intensidad de apoyo se caracteriza por su consistencia en el tiempo, por un tiempo limitado pero no intermitente. Puede exigir un coste inferior y menos personal que otros niveles más intensos de apoyo. Por ejemplo, podría ser un entrenamiento en una actividad o tarea por un periodo limitado: por ejemplo:  la practica  de la técnica del encadenamiento del hábito de vestirse y desvestirse la chaqueta o para ir de casa al nuevo trabajo.

  • Apoyo intermitente: La necesidad de apoyo es de forma esporádica.

Los apoyos se proporcionan cuando se necesitan. Esto significa que no siempre son necesarios, o que sólo son necesarios durante periodos cortos que coinciden con las transiciones de la vida..

Por ejemplo: Al cambiar de lugar de residencia.


¿Y por qué el desarrollo?

     Porque además de la discapacidad intelectual, la definición engloba a los trastornos del espectro de autismo, a la parálisis cerebral y otras condiciones de discapacidad relacionadas o que conllevan un proceso de apoyo similar al requerido para personas con discapacidad intelectual.

    La definición se utiliza para las discapacidades que se originan en el tiempo del desarrollo; generalmente en los primeros 18 años de vida de la persona. Indica que existen limitaciones en áreas relevantes de la vida tales como el lenguaje, la movilidad, el aprendizaje, el autocuidado y la vida independiente.

     Para Plena inclusión, englobar en su misión a las personas con discapacidades del desarrollo da fe de una realidad existente en el movimiento asociativo desde sus inicios, pues hay entidades que ofrecen apoyo a personas con trastornos del espectro de autismo o personas con parálisis cerebral, por ejemplo.

    De acuerdo con lo establecido en el artículo 2.2 de la Ley 39/2006,de 14 de diciembre, de promoción a la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia,  , la dependencia es “el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal”.


El Baremo de Valoración de la Dependencia   (en adelante, BVD) 

     Permite determinar las situaciones de dependencia moderada, dependencia severa y de gran dependencia,

a) Grado I. Dependencia moderada: 

     Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal. 


b) Grado II. Dependencia severa

     Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. 


c) Grado III. Gran dependencia: 

     Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal. 


     En las tareas en que se presente dependencia se establecerá el tipo y frecuencia del apoyo de otra u otras personas teniendo en cuenta las siguientes definiciones:

  • -Tipo de apoyo: Se distinguirá la naturaleza del apoyo que necesita la persona valorada para la realización adecuada de la tarea. Si necesita diversos tipos de apoyo en una misma tarea se elegirá aquel que resulte más frecuente.
  • -Supervisión: Conlleva la estimulación verbal o gestual a la persona valorada mientras ésta ejecuta por sí misma la tarea a fin de que la desarrolle adecuadamente, así como la orientación en la toma de decisiones.
  • - Física Parcial: Comprende la colaboración física con la persona valorada en la ejecución parcial o completa de la tarea. 
  • - Sustitución Máxima: Comporta que la persona valorada no puede ejecutar por sí misma la tarea completa de ningún modo.
  • - Apoyo Especial: Consiste en cualquiera de los apoyos anteriormente descritos cuando su prestación en el desarrollo de la tarea resulta obstaculizada por la interferencia determinante de condiciones excepcionales de salud de la persona valorada.
  • Frecuencia de apoyo: Se identificará considerando el número de ocasiones en que la persona valorada necesita apoyos personales cuando ésta deba realizar la tarea. La graduación se determina del siguiente modo: 


  • - Casi nunca.
  • - Algunas veces. 
  • - Bastantes veces. 
  • - Mayoría de las veces. 
  • - Siempre

     En aquellas tareas que la persona residente o usuaria se desempeñe de manera autónoma no se le prestará ningún tipo de apoyo.

     En la valoración de la dependencia se consideran las siguientes  actividades   de auto cuidado, movilidad y tareas domésticas que se conceptualizan, de acuerdo con la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud (OMS 2001)) tal como se detallan a continuación; así como la actividad de tomar decisiones en el caso de personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental u otras situaciones en que las personas puedan tener afectada su capacidad perceptivo-cognitiva. 





http://www.plenainclusioncantabria.org/discapacidad-intelectual-y-desarrollo/ 

http://psicosociosanitario.blogspot.com/2017/04/intensidad-frecuencia-tipos-de-apoyos-y.html 













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